1Pon el azúcar y el agua en una cacerola. Pon la mezcla a fuego medio y remueve hasta que se disuelva el azúcar. Aumenta el fuego a medio-alto y deja que el jarabe empiece a hervir. Baja a fuego lento y deja que hierva durante 2 minutos. Transfiere a una taza medidora grande y refractaria. Deja que se enfríe.
2Incorpora el jugo de limón al jarabe y remueve. Tapa y refrigera durante 3 horas hasta que se enfríe.
3Vierte la mezcla refrigerada en el tazón para helado. Selecciona la configuración deseada en la máquina de helado para que se bata.
4Una vez congelado, sirve el sorbete con una cuchara para helado o una espátula en tazones o vasos previamente enfriados, con rodajas de limón si quieres, o transfiérelo a un recipiente apto para el congelador, lo suficientemente grande como para que quepa el sorbete. Congela de 2 a 3 horas o toda la noche para obtener un sorbete más firme.
5Puedes almacena el sorbete en el congelador hasta por 3 semanas. Si lo congelas durante toda la noche, el sorbete quedará muy duro. Para que puedas servirlo más fácilmente, sácalo del congelador y deja que repose a temperatura ambiente de 5 a 10 minutos antes de servir.